Ya teléfono en mano y al habla Felipe que le dice todo lo que el abogado Corona ha ido al hotel a explicarle:
La Policía ya sabe que estás en Colombia, te busca la Interpol, todos los teléfonos están rastreados, no llames a nadie de tu familia. Te culpan del lavado de dinero, Martín y Steve están detenidos.
Le aconseja se cambie de hotel y de nombre (que deje de ser Emiliano) que procure pasar desapercibido, y que se quede en Colombia, que ni se le ocurra volver a México, está en «busca y captura». Emiliano no puede creerlo ¿Me culpan a mí?
Emiliano está destrozado, sin NADA, ya no tiene ni nombre, allí apoyado en la barra del Garibaldi pide un tequila, dolorido de la paliza y apesadumbrado, de repente empieza la canción de Rosario, le toca a ella. Con su bella voz, está cantando «Las ciudades» y Emiliano empieza a oír aquella voz, tararea el tema...la señorita amable que lo ayudó, “un ángel” le dijo a Felipe lo había ayudado...empiezan a cruzarse las miradas, ¡allí se respira algo! El Coloso lo nota, a Rosario nadie ha logrado conquistarla, ni siquiera Javier Macías (Nicolás Montero) un rico abogado prendado de ella, que va por allí a todas horas.
Manuel El Coloso, aunque es un mujeriego empedernido, ama a Rosario, y le dice que al tiempo será con la que se casará, Rosario le ríe los piropos, pero nada más.