Francisco habla con Rosario y le dice que quiere que se aleje de él

Ya en la sede del CFI hay un gran revuelo, solo han detenido a Steve y Martín, se les ha ido el principal sospechoso Emiliano y Felipe también, eso da muy mala imagen al Cuerpo Federal, tienen la prensa “en los talones”

Allí en la mansión SánchezGallardo todo está en calma, nada se sospecha, pero en unas horas todo cambia: primera plana de la prensa la foto de Emiliano, periodistas en la puerta de la mansión, servicios deshaciendo la boda del jardín, Cris y la mamá llorando incrédulas, el novio detenido, Emiliano huido, don Roberto el padre atendiendo al comandante Salas, el defiende a su hijo diciendo que es imposible que su hijo haga algo así, pero, ¿por qué ha huido? ¡eso no lo entienden!
Llega Miguel Corona el abogado, como es un falso y un cínico allí está consolando a los padres y a la hermana, diciéndoles que tampoco se explica la huida de Emiliano...

Miguel Corona

Emiliano llega a Bogotá, (no había vuelo directo a Sao Paulo, hace escala de un día en Colombia) antes de volar pasó por su dúplex a buscar documentos, dinero y ropa, Felipe lo acompañó, es un fiel amigo.

Llega en taxi al hotel más lujoso cercano al aeropuerto, le dan una suite sin reserva la Dorada (es la más cara), 400 dólares la noche, no hay problema les dice, no voy ni a dormir salgo para Brasil en unas horas.

Todavía es un millonario, traje blanco impoluto, zapatos finos Hermes, reloj de 500.000 dólares, maleta en mano...todo un alto ejecutivo.

Ya en el hotel, Emiliano lo primero que quiere es llamar a Felipe antes de coger el vuelo a Brasil.   Sale a la calle a buscar un teléfono público, deambula, se pierde y unos maleantes le dan una paliza y lo atracan, le quitan todo: chaqueta, reloj, móvil, cartera con documentos, dólares, tarjetas de crédito y pasaporte, ¡¡ todo!!

Se levanta como puede y en otra calle ve el bar mexicano Pza. Garibaldi y se le abre el corazón, ¡algo de su querido México!

Busca un teléfono desesperado, quiere entrar en el bar, no le dejan pasar, le ven mal aspecto...soy mexicano, “todos dicen lo mismo” dice el portero burlándose...

Rosario ve lo que pasa y le dice: Entre por favor… ¿está herido?  ¿necesita un teléfono? pase...
Ya dentro no está don Carlos y El Coloso:  'aquí no se presta nada, ni más faltará solo Fernando (Mario Duarte) y Sigifredo (Luis Eduardo Arango) se ponen de parte de Rosario, y al final le dejan llamar, es a cobro revertido no se preocupen, dice Emiliano.